domingo, 11 de marzo de 2012

Comarcas Indígenas de Panamá

KUNA YALA



Según el Censo Nacional de 1990 de la República de Panamá, la población indígena consta de 191,561 personas, que representan aproximadamente el 8.2 % del total de la población de la República (2,329,329 habitantes); constituidos por cinco grupos claramente definidos: Ngobe- Buglé, Kuna, Embera - Waunan, Bokotas y Teribes. Con 123,626 habitantes, los Ngobe - Buglé son los más numerosos, constituyen el 64.5% de la población indígena del país. Según este mismo Censo, la población Kuna representó el 24.7% (47,298. personas) ubicándose como el segundo grupo indígena en el ámbito nacional. La mediana de edad se situó en 20 años(1).
Censos realizados por el Ministerio de Salud en 1989, indican que la población que vive en la Comarca Kuna alcanza la cifra de 40.864 personas. La gran mayoría habita en unas 38 islas, pero 11 comunidades se ubican sobre la misma costa -en partes del litoral de la Comarca que carece de islas- y dos comunidades, que están emplazadas a varios kilómetros dentro de tierra firme.
Si bien para ciertos conocedores las cifras de los censos en lo que a poblaciones indígenas se refiere son aproximadas e inferiores a las cifras reales. Según estos cálculos la población indígena panameña puede estar alrededor del 10%, esto significa, que en la actualidad, uno de cada diez panameños pertenece a una nacionalidad indígena, posiblemente Kuna.

Políticamente, el Estado panameño reconoce las autoridades propias de los Kunas. En 1938 se creó la Comarca de San Blas, conocida como Comarca Kuna-Yala. Mediante Ley No.19 de 1953, se aprobó "La Carta Orgánica Kuna", la cual establece las autoridades de la misma.
        La autoridad máxima en el ámbito político es el Consejo General Kuna, en el cual participan los tres Sáhilas Generales o principales, el Intendente o representante del gobierno panameño, todos los sáhilas de cada una de las islas, los voceros, los representantes de cada una de las comunidades y los kunas que desean asistir al mismo. En estas reuniones se ventilan de manera democrática los asuntos económicos, educativos y sanitarios que afectan a la comarca.
        Existen los Congresos locales de cada pueblo, dirigidos por los respectivos Sáhilas. Los mismos se reúnen por lo menos dos veces a la semana, en donde los adultos (hombres y mujeres) están obligados a participar. En ellos, se ventilan problemas de índole comunitarios e internos en el ámbito familiar.
        Los tres Sáhilas Generales ejercen sus funciones en una porción específica de la comarca , mientras los locales, en cada uno de los pueblos. Pueden ser depuestos, por el Consejo General o la comunidad, respectivamente, en caso de que así se decida.   Igualmente, gozan de autoridad los Voceros y Guardianes del Orden.
Es democrática y según la Ley 16 del 19 de febrero de 1956 de la Carta Orgánica de los indios de San Blas, la organización política kuna se establece de la siguiente manera:
  • Congreso General Kuna
  • Congreso Local
  • Sahila tumadi (jefes generales)
  • Sahila abarniquet (autoridad de cada pueblo)
  • Argargana (voceros)
  • Sualibedis (guardianes del orden)
El Congreso General es la máxima autoridad y se reunen aquí todos los sahilas, el representante del gobierno nacional, voceros, representantes locales, y los hombres y mujeres de todos los pueblos de la región. En el Congreso se discuten todos los temas que se refieran a la comunidad.
El Congreso Local se lleva a cabo tres veces por semana y es dirigido por el sahila del pueblo. Atienden todos los habitantes del pueblo.
Los Sahila tumadi dirigen los Congresos Generales y representan la Comarca ante el gobierno nacional. Son electos por votación mayoritaria de todos los pueblos en el Congreso General.
Los sahilas abarniquet representan la autoridad de cada pueblo y están encargado de dirigir el Congreso Local. Son electos por votación mayoritaria de las personas de la aldea.
Los argargana constituyen la delegación y representan la voz de la comunidad ante los congresos.
Los sualibedis convocan el Congreso Local, cuidad el orden, y atienden a los turistas. Se caracterizan por llevar un bastón tallado con figuras de animales.




NGOBE BUGLE





Ngäbe-Buglé es una comarca indígena de Panamá. Fue creada en 1997 a partir de territorio de Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas. Su capital es Llano Tugrí (Buabidí). La comarca está habitada por la etnia Ngäbe-Buglé y habitan en ella 154.355 personas (2010), su área es de 6.968 km2.

Se encuentra ubicada en la región occidental de Panamá. La comarca es atravesada de oeste a este por la Cordillera Central o Serranía de Tabasará, que separa dos regiones geográficas: la región atlántica o caribeña, que está cubierta en un 40% de bosque primario y donde los ríos son cortos y caudalosos, y la región pacífica, muy deforestada y con ríos de mayor recorrido hacia el mar. Es uno de los lugares más hermoso del país en donde consiste montañas hermosa y paisajes .^

La República de Panamá es un país con una basta cultura indígena, actualmente cuenta con siete grupos étnicos; cada uno con sus propias características, costumbres y tradiciones que los hacen únicos, uno de ellos es la etnia Ngobe Buglé, anteriormente conocidos como "Guaymíes".
Este grupo étnico ocupa el territorio de las regiones montañosas de las provincias de Chiriquí, Veraguas y Bocas del Toro. Inicialmente eran una clase separada, Ngobe y Buglé, y no fue hasta 1997 que se unieron creándose así la Comarca Ngobe-Buglé.

Los Ngobe Buglé son el grupo indígena con mayor población en el país, consta aproximadamente de 123,000 individuos y representan el 65.6% de la población indígena total de Panamá.

Esta clase indígena se dedica principalmente a la agricultura de consumo con productos como plátano, arroz, maíz, yuca y frijol de bejuco; crían además pollos, puercos, pavos, ganado equino y vacuno; practican la caza y la pesca. De igual forma se han incorporado a la clase trabajadora de las bananeras, cafetaleras y azucareras de la región, siendo una excelente mano de obra para estas industrias.

Debido a que este grupo indígena está segregado a las áreas montañosas del país, conserva aún muchas de sus costumbres originales; incluyendo juegos y ceremonias de sus antepasados. Por ejemplo la mujer viste camisolas fabricadas completamente a mano, muy coloridas y adornadas con diseños geométricos; mientras que el hombre viste igual al hombre de la ciudad.




EMBERA




Los embera o ẽpẽrá son un pueblo amerindio del occidente de Colombia, el oriente de Panamá. Son unas 70 mil personas (2004). Se conocen como Emberá katío a los que habitan en el alto Sinú y el alto Río San Jorge, departamento de Córdoba y en Urabá; en Colombia, Emberá chamí a los que viven en las cordilleras occidental y central de los Andes colombianos, departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío y Valle; Chocoes o simplemente Emberá a los que habitan las cuencas del río Baudó y del bajo San Juan, municipios de Istmina, Alto Baudó y Pizarro; el río Curiche, municipio de Juradó en el Chocó (Colombia); y en la Comarca Emberá-Wounaan en el Darién (Panamá); y como eperara siapidara o epená, a los de la costa Pacífica de los departamentos de Valle, Cauca y Nariño en Colombia.
En Panamá se les acostumbra llamar emberá (con tilde), siguiendo la tendencia del español panameño de convertir las palabras en agudas. Emberá significa literalmente: "La gente del maíz".

Tienen un patrón de poblamiento disperso y expansivo por grupos de parientes tanto por línea paterna como materna. Con el aumento de población de xelors, por limitación de los recursos por deseo de cambiar o conocer o por alianzas matrimoniales o por divergencias, un grupo de parientes se desprende de un asentamiento y se localiza en otro río o en otro lugar del mismo río o en otra montaña, reproduciendo la misma organización social originaria.

Mujeres Embera de Panamá vendiendo canastas y platos tejidos a mano.
Sus actividades principales son la horticultura itinerante de tumba y pudre (no hay quema sino que se deja descomponer lo tumbado para luego sembrar), y la pesca. Practican también la caza y la recolección.
Los Embera se clasifican a sí mismos según sus condiciones de vida, como Dóbida, habitante de las riberas de los ríos; Pusábida, habitante de las costas marítimas (del Pacífico); y en el Chamí (la cordillera), Oíbida de los bosques andinos y Eyábida de las zonas deforestadas.
En la medida en que la colonización destruyó los bosques donde habitaban, varias comunidades Chamí se han hecho sedentarias, con cultivos temporales o permanentes en parcelas familiares establecidas e inclusive algunos grupos son jornaleros, a partir de que sus territorios fueron absorbidos por las haciendas cafeteras, de algunas de las cuales fueron expulsados recientemente cuando bajaron los precios internacionales del café. En el departamento del Chocó, en Colombia, viven en comunidades siguiendo los modelos tradicionales y tienen su propia forma organizativa.

Jaibanismo

Un aspecto de la importante vida de los Embera es su relacionamiento con los espíritus jai por medio de sus jaibanás, chamanes no hereditarios que aprenden de sus maestros ya experimentados, sobre el poder mágico espiritual, desde el cual se regula la vida, la salud, la subsistencia y la naturaleza.
Conciben tres formas de jai: los del agua, Dojura, junto con las Wandra, madres de los animales y plantas que moran en las cabeceras de los ríos; los Antumiá de la selva profunda; y los de los animales selváticos que son transformaciones de almas de los humanos muertos.
Los tratos de los jaibaná con los jai garantizan las actividades fundamentales de la sociedad y la continuidad de los ciclos naturales, estableciendo a la vez la territorialidad de las comunidades. Estos tratos tienen un carácter cosmológico en la medida que la comunicación y convenios con los jai regulan los intercambios entre los diferentes niveles superpuestos del universo.
Dachizeze, padre del mundo más alto, engendró a Tutruicá en el mundo más abajo y a Caragabí en este mundo. Se cuenta que Caragabí pudo hacer a los humanos sólo al pedir prestado el barro a Tutruicá y luego hizo moverse a los humanos porque supo quitarle la pesadez de la tierra. El maíz y el Pixbae ó chontaduro fueron traídos de un nivel más alto. Sin el intercambio de materiales y saberes entre mundos, la de la sociedad y la naturaleza no podría continuar. Caragabí logró derribar el árbol Jenené y en su raíz brotó el mar y sus ramas son los ríos y sobre los ríos está una gran serpiente, Jepá, con la que se puede acceder a transportarse entre niveles del mundo, lo cual también ocurre en las cabeceras de los ríos, donde transitan los seres del mundo de abajo y arriba. Los animales cazados que tienen sus madres en las cabeceras de los ríos son gente de abajo visibilizada como animales y las almas de los humanos muertos pueden ser comida de la gente de abajo, como cuando una serpiente pica un humano, se considera que la gente de abajo lo ha cazado.
Los jaibaná continúan la labor de Caragabí y otros héroes de los relatos, al ser instrumentos de trato con los niveles del cosmos y propiciar la continuidad de los intercambios que caracterizan la vida, que es naturaleza y sociedad a la vez.